Que el mundo del costal es enormemente solidario no es nada que vayamos a descubrir ahora, pero sí es algo digno de agradecimiento.
Esta solidaridad nos reunió a bastantes anoche en la Hdad de la Trinidad en una Mesa Redonda organizada especialmente para este colectivo con el fin de que conocieran de primera mano la grandeza de la donación de órganos de mano de donantes vivos y de los afortunados que recibimos una prórroga en la Vida.
El acto fue introducido y guiado con todo el cariño y dedicación que no pone siempre el Dr. Pérez Bernal.
Fueron varios trasplantados los que compartieron sus experiencias, todas diferentes, pero todas llenas de lucha, superación y agradecimiento eterno y constante a sus donantes.
Estuvo presente el hermano de un costalero, Gumer, que al fallecer nos dio una lección de lo que es Dar sin esperar Nada a cambio, ya que se fue regalando vida. También asistieron tres donantes vivos, los tres donaron a sus respectivos hijos, aunque con distintos resultados. Tres padres que no dudaron en dar un trozo de su cuerpo a sus hijos por amor, de la misma manera que lo hacen los familiares de donantes fallecidos, con la enorme diferencia que ellos lo hacen por amor a alguien al que no conocen ni conocerán nunca y de un modo totalmente altruista. Es por esto que todos los que recibimos este regalo de vida nunca olvidamos a nuestro donante y le agradecemos la vida cada día.
Para finalizar esta entrañable tarde los costaleros recibieron sus carnets de donantes de órganos.
Muchas gracias a la Hdad de la Trinidad por su apoyo.
Fdo. Carmen Redondo
Fotos. Dr. José Pérez Bernal y Joaquín García Mora
